I lift my eyes up to the hills,
Where does my help arise?
My help comes from the Lord of all,
The Maker of the skies.
He will not let my footsteps fall,
Your Keeper never sleeps.
The sun won’t strike, the moon won’t harm,
Your soul the Shepherd keeps.
You are my Keeper,
Shade at my right hand.
From this time forever,
You hold me, You stand.
The Lord will guard my coming,
The Lord will guard my way,
Both now and ever after,
My Keeper, night and day.
Alzo mis ojos hacia las montañas,
¿de dónde vendrá mi ayuda?
Mi ayuda viene del Señor de todo,
el Creador de los cielos.
Él no dejará que tropiecen mis pasos,
tu Guardián nunca duerme.
El sol no te herirá, la luna no te dañará,
tu alma el Pastor la protege.
Tú eres mi Guardián,
sombra a mi mano derecha.
Desde ahora y para siempre,
Tú me sostienes, Tú permaneces.
El Señor guardará mi salida,
el Señor guardará mi camino,
ahora y por siempre,
mi Guardián, de noche y de día.
Esta canción está inspirada en el Salmo 121, uno de los más conocidos por su mensaje de confianza y protección divina:
“Alzaré mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi socorro?
Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra.”
La letra expresa una fe firme en Dios como Guardián y Protector constante:
Él no duerme ni descansa, siempre cuida de sus hijos.
Simboliza el refugio espiritual (“sombra a mi mano derecha”) y la presencia fiel de Dios en todo momento.
El tono musical (creciente, con solo atmosférico y cierre suave) refleja la progresión de la confianza: desde la pregunta inicial (“¿de dónde vendrá mi ayuda?”) hasta la certeza final (“mi Guardián, de noche y de día”).
En esencia, es una canción de seguridad, paz y adoración, que invita a confiar plenamente en el Señor como protector eterno.