For God so loved the world

"For God so loved the world,

That He gave His only Son.

That whoever believes in Him,

Shall not perish, but have eternal life."

"For God so loved...

So loved the world.

The Father gave,

The Son was sent,

Love eternal poured on us."

"Whoever believes,

Shall not perish,

Whoever believes,

Will live forever."

"For God so loved...

That He gave His only Son.

Eternal life, eternal grace,

Through Jesus Christ, the Lamb of God."

"Love that never ends..."

"Hope that never dies..."

"The gift of heaven—eternal life."

"For God so loved the world,

That He gave His only Son.

Whoever believes in Him,

Shall not perish, but live forever."

"Eternal life... in Christ."

“Holy. Holy, Holy, His glory fills all the earth.”

Porque tanto amó Dios al mundo,
que dio a su único Hijo.
Para que todo aquel que en Él cree
no perezca, sino que tenga vida eterna.

Porque Dios amó tanto...
tanto amó al mundo.
El Padre dio,
el Hijo fue enviado,
el amor eterno se derramó sobre nosotros.

Todo aquel que cree
no perecerá.
Todo aquel que cree
vivirá para siempre.

Porque Dios amó tanto...
que dio a su único Hijo.
Vida eterna, gracia eterna,
por medio de Jesucristo, el Cordero de Dios.

Amor que nunca termina...
Esperanza que nunca muere...
El regalo del cielo: vida eterna.

Porque tanto amó Dios al mundo,
que dio a su único Hijo.
Quien crea en Él
no perecerá, sino que vivirá para siempre.

Vida eterna... en Cristo.

Santo. Santo, Santo,
su gloria llena toda la tierra.

Sentido teológico y emocional del texto:
El autor expresa una confesión de fe centrada en Juan 3:16, resaltando tres grandes ejes:

1. El amor del Padre: un amor activo, que entrega; no solo un sentimiento, sino un sacrificio real.

2. La misión del Hijo: Jesús es el don supremo, el Cordero enviado para traer vida eterna.

3. La respuesta humana: creer —una fe viva que lleva a la salvación y a la esperanza que nunca muere.

La última línea, “Holy, Holy, Holy, His glory fills all the earth”, conecta el mensaje de salvación con la adoración universal, mostrando que el amor de Dios culmina en su gloria manifestada en toda la creación.