Esta versión del Salmo 98 transforma el canto bíblico en un himno metal poderoso y épico. Mantiene el mensaje original de alabanza universal al Señor: toda la creación —ríos, montañas, cielos y naciones— celebra Su justicia, Su poder y Su victoria. La letra exalta que Dios reina con fuerza y amor, recordando Su misericordia y liberación. Musicalmente, combina ritmos rápidos, guitarras intensas y voces enérgicas para expresar con fuerza que el Rey de Gloria gobierna sobre toda la tierra.
Shout a new song to the Lord!
The earth shakes under His word.
Rivers clap, mountains sing,
the King of Glory reigns supreme!
He has done wonders, His right hand saves,
His power crushes, His justice reigns.
The nations tremble, the proud fall away,
the humble rise and sing His praise.
From oceans deep to skies above,
let all creation declare His love!
Make a joyful noise, the time has come,
the Lord is King, His rule is done!
Sing a new song!
The Lord has triumphed!
Raise your voice, let the earth respond!
Shout His glory,
let the mountains move!
The King reigns over all,
the heavens shout the truth!
He remembers mercy, He remembers grace,
He leads His people in victory’s place.
From battlefields to the trembling sea,
His righteousness sets the captives free.
The earth rejoices, the rivers clap,
His name forever — no power can trap!
Clap your hands!
Sing aloud!
Every corner of the earth
proclaims His power now!
Sing a new song!
The Lord has triumphed!
Raise your voice, let the earth respond!
Shout His glory,
let the mountains move!
The King reigns over all,
the heavens shout the truth!
The Lord reigns forever,
His victory will not end.
¡Canten un canto nuevo al Señor!
La tierra tiembla bajo Su palabra.
Los ríos aplauden, las montañas cantan,
¡el Rey de gloria reina con poder!
Él ha hecho maravillas, Su diestra salva,
Su fuerza aplasta, Su justicia manda.
Las naciones tiemblan, los soberbios caen,
los humildes se alzan y cantan Su nombre.
Desde lo profundo del mar hasta el cielo,
¡toda la creación proclama Su amor eterno!
¡Haced ruido de gozo, el tiempo llegó!
¡El Señor es Rey, Su victoria brilló!
¡Canten un canto nuevo!
¡El Señor ha triunfado!
¡Levantad la voz, que la tierra responda!
¡Proclamad Su gloria,
que las montañas se muevan!
El Rey reina sobre todo,
¡los cielos anuncian Su verdad!
Él recuerda la misericordia, recuerda la gracia,
conduce a Su pueblo a la victoria sagrada.
Desde los campos de batalla hasta el mar que tiembla,
Su justicia libera al cautivo que espera.
La tierra se alegra, los ríos aplauden,
Su nombre es eterno — ningún poder lo ata.
¡Aplaudan sus manos!
¡Canten con fuerza!
¡Cada rincón de la tierra
proclama Su grandeza ahora!
¡Canten un canto nuevo!
¡El Señor ha triunfado!
¡Levantad la voz, que la tierra responda!
¡Proclamad Su gloria,
que las montañas se muevan!
El Rey reina sobre todo,
¡los cielos anuncian Su verdad!
El Señor reina por siempre,
Su victoria no tendrá fin.
Esta canción es una exaltación inspirada en Salmo 98, un himno cósmico que celebra la realeza y las obras justas de Dios. El texto combina imágenes de la naturaleza —ríos, montañas, mares— con el llamado universal a adorar al Creador y Redentor, reconociendo que Su palabra tiene poder para estremecer la tierra y llenar el cielo de alabanza.
Teológicamente, la letra proclama el reinado soberano de Dios sobre toda la creación. El lenguaje de “ríos que aplauden” y “montañas que cantan” expresa la verdad de que todo lo que existe participa en la adoración al Señor, porque Su justicia y Su misericordia alcanzan cada rincón del cosmos.
El énfasis en Su diestra que salva y Su justicia que libera refleja el equilibrio entre juicio y gracia: Dios derrota al mal no con tiranía, sino con redención y poder santo.
Emocionalmente, la canción es una explosión de júbilo, un llamado a celebrar la victoria de Dios como si toda la creación fuera un solo coro. El tono no es de súplica, sino de proclamación: la batalla terminó, el Señor ha triunfado.
Cada verso impulsa al oyente a unirse a ese clamor universal, reconociendo que la adoración no es solo un acto humano, sino una respuesta de todo lo creado ante la gloria del Rey eterno.