Es una canción que confronta la pérdida del primer amor espiritual. Habla de aquellos que defendieron la verdad, pero dejaron que el fuego interior se apagara con el paso del tiempo.
A través de una voz profética y una melodía intensa, recuerda que las obras sin amor carecen de vida, y que solo el arrepentimiento puede reavivar la llama que una vez ardió en el corazón.
Una llamada a regresar a Cristo, el que camina entre las lámparas doradas, para reencontrar la pasión y la comunión que nunca debimos olvidar.
You fought the lies,
you stood for truth,
but your heart forgot the flame.
Once you burned with holy fire,
now you work but don’t desire.
The motions move, the passion fades,
love became a shadowed name.
Return, return — to the love you knew,
the lamp will fade if I’m not in you.
Remember the height where you once stood!
Repent, and light the flame for good!
Your works mean nothing without love divine —
come back to Me, your first design!
He walks among the golden lamps,
His eyes recall what we forget...
To him who conquers — the Tree awaits...
Luchaste contra las mentiras,
te mantuviste firme en la verdad,
pero tu corazón olvidó la llama.
Una vez ardías con fuego santo,
ahora trabajas, pero no deseas.
Los movimientos continúan, la pasión se desvanece,
el amor se convirtió en un nombre sombrío.
¡Vuelve, vuelve — al amor que conociste,
la lámpara se apagará si no estoy en ti!
Recuerda la altura donde una vez estuviste.
¡Arrepiéntete, y enciende la llama para siempre!
Tus obras no significan nada sin el amor divino —
¡vuelve a Mí, tu diseño primero!
Él camina entre las lámparas de oro,
Sus ojos recuerdan lo que olvidamos...
A quien vence — el Árbol le espera...
Esta letra habla de la necesidad de mantener viva la pasión espiritual y el amor a Dios. Teológicamente refleja la advertencia de Apocalipsis 2:4-5, donde se reprende a la iglesia de Éfeso por abandonar su primer amor. El “fuego santo” simboliza el amor ferviente hacia Cristo, mientras que la rutina sin deseo representa una fe que ha perdido su vitalidad.
El llamado a “volver” y encender la llama” es un mensaje de arrepentimiento y restauración: las obras externas, sin un corazón ardiente por Dios, carecen de valor eterno. La referencia al “Árbol” al final evoca el Árbol de la Vida (Apocalipsis 2:7), prometido a quienes permanecen fieles y vencen, simbolizando vida eterna y comunión restaurada con Dios.
Emocionalmente, la canción mezcla remordimiento y esperanza, llevando al oyente a reconocer la frialdad de su corazón, pero al mismo tiempo alentándolo con la promesa de restauración y victoria en Cristo. La imagen de Dios caminando entre las lámparas de oro transmite cercanía y atención personal de Dios hacia cada creyente, recordando lo que hemos olvidado y ofreciendo la oportunidad de volver al amor primero.