One tongue, one voice, a single sound,
The earth united, on holy ground,
“Let us build to the sky, let our name be great,
A tower of glory, to challenge fate.”
“Rise… rise… higher, higher…”
Bricks of pride and fire in their hands,
A kingdom rising against God’s command,
Heaven watched as the mortar burned,
For the hearts of men would never learn.
“Stone by stone… pride enthroned…”
The Lord descended, His gaze was stern,
The tongue of man He would overturn,
Confusion struck, the voices broke,
A thousand languages in chaos spoke!
“Who are you? What did you say?
I don’t understand! Go away!”
Their tower shattered, dreams undone,
The pride of many scattered as one.
The tower shall fall, no man will stand,
No kingdom rises against His hand,
The Lord is God, His word remains,
He humbles the proud, His glory reigns.
He scatters nations through the earth,
“Divided tongues, divided birth!”
No throne of man can reach His height,
“God alone, eternal might!”
From Shinar’s plain they fled apart,
Nations birthed with a broken heart,
The pride of flesh could not endure,
For only in Christ is the promise sure.
“Every tongue… shall confess… every knee… shall bow…”
“King of kings! Lord of lords!
Your name alone forevermore!
The tower has fallen, the nations proclaim,
Jesus the Christ, above every name!”
Una lengua, una voz, un solo sonido,
la tierra unida, sobre suelo sagrado.
“Construyamos hasta el cielo, hagamos grande nuestro nombre,
una torre de gloria, para desafiar el destino.”
“¡Sube… sube… más alto, más alto…!”
Ladrillos de orgullo y fuego en sus manos,
un reino que se levanta contra el mandato de Dios.
El cielo observaba mientras el mortero ardía,
porque el corazón del hombre jamás aprendía.
“Piedra tras piedra… el orgullo entronado…”
El Señor descendió, Su mirada fue severa,
la lengua de los hombres Él cambiaría entera.
La confusión golpeó, las voces se rompieron,
¡mil lenguas distintas en caos surgieron!
“¿Quién eres tú? ¿Qué dijiste?
¡No te entiendo! ¡Vete de aquí!”
Su torre se derrumbó, los sueños se deshicieron,
el orgullo de muchos se dispersó como uno solo.
La torre caerá, ningún hombre permanecerá,
ningún reino se alza contra Su mano.
El Señor es Dios, Su palabra permanece,
Él humilla al soberbio, Su gloria reina.
Dispersa las naciones sobre la tierra,
“¡Lenguas divididas, nacimientos divididos!”
Ningún trono humano puede alcanzar Su altura,
“¡Solo Dios, poder eterno!”
Desde la llanura de Sinar se separaron,
las naciones nacieron con el corazón quebrado.
El orgullo de la carne no pudo resistir,
pues solo en Cristo la promesa puede existir.
“¡Toda lengua confesará… toda rodilla se doblará…!”
“¡Rey de reyes! ¡Señor de señores!
¡Tu nombre solo por siempre!
¡La torre ha caído, las naciones proclaman:
Jesús el Cristo, por encima de todo nombre!”
Esta letra se inspira en el relato de la Torre de Babel (Génesis 11), cuando la humanidad, unida por una sola lengua, decidió construir una torre para alcanzar el cielo y glorificar su propio nombre, desafiando a Dios.
El tema central es la soberbia humana frente a la autoridad divina.
El Señor confunde las lenguas para frenar su orgullo, mostrando que ninguna obra ni reino levantado por el ego humano puede sostenerse frente a Su poder.
La canción termina con una redención profética: aunque las lenguas fueron divididas, llegará el día en que toda lengua confesará y toda rodilla se doblará ante Jesús, el verdadero Rey de reyes y Señor de señores, cumpliendo la unidad perfecta en Cristo que Babel nunca pudo alcanzar.