Es una canción que desenmascara la ilusión de la gloria humana y el vacío del orgullo terrenal. Con una fuerza sonora arrolladora y un mensaje profético, declara que toda fama se desvanece, pero la Palabra de Dios permanece para siempre.
Los versos denuncian la adoración moderna al éxito, al poder y al ego, recordando que ninguna corona brilla tanto como la de Cristo.
En medio del fuego y la caída de los ídolos, la canción proclama que solo un trono permanece firme: el del Rey de Reyes.
Una llamada ardiente a derribar los altares del orgullo y rendir toda gloria al único digno.
“Empty! Empty!”
Golden lights, hollow fame,
Crowds applaud a dying name.
Silver thrones, hearts of clay,
Truth ignored, souls decay!
Empty thrones and fading crowns,
The world will fall, Your Word resounds!
They chase the wind — I’ll chase the King,
No glory shines like what You bring!
Hands build idols out of dust,
Dreams of gold that turn to rust.
But in the fire, truth remains,
Grace still conquers earthly chains!
Tear down every god of pride!
Only Christ will stand inside!
Empty thrones! Broken kings!
Nothing stands before the King of Kings!
Empty thrones and fading crowns!
The truth still reigns when idols drown!
Eternal fire, holy reign —
Only Jesus breaks the chain!
“¡Vacío! ¡Vacío!”
Luces doradas, fama hueca,
Multitudes aplauden un nombre moribundo.
Tronos de plata, corazones de barro,
La verdad ignorada, las almas se corrompen.
Tronos vacíos y coronas desvanecidas,
El mundo caerá, ¡Tu Palabra resuena!
Persiguen el viento — yo perseguiré al Rey,
¡Ninguna gloria brilla como la que Tú traes!
Manos construyen ídolos de polvo,
Sueños de oro que se vuelven óxido.
Pero en el fuego, la verdad permanece,
¡La gracia aún conquista las cadenas terrenales!
¡Derriba a todo dios del orgullo!
¡Solo Cristo permanecerá en el corazón!
¡Tronos vacíos! ¡Reyes quebrantados!
¡Nada se mantiene ante el Rey de Reyes!
¡Tronos vacíos y coronas desvanecidas!
¡La verdad todavía reina cuando los ídolos se hunden!
Fuego eterno, reino santo —
¡Solo Jesús rompe las cadenas!
Teológicamente, este texto enfatiza la futilidad de la gloria terrenal y los ídolos humanos frente a la soberanía de Cristo. Los tronos vacíos y las coronas que se desvanecen representan la vanidad del poder y la fama mundana, mientras que la Palabra de Dios permanece firme y verdadera (Isaías 40:8). La canción llama a poner nuestra confianza y adoración únicamente en Jesús, quien es el Rey de Reyes y soberano sobre todas las cosas, y cuya gracia rompe cualquier cadena espiritual o terrenal.
Emocionalmente, transmite un sentimiento de despertar y claridad: frente a la ilusión del mundo, el creyente es llamado a fijar sus ojos en Cristo. Hay un contraste marcado entre la decadencia del orgullo humano y la fuerza eterna de Dios, generando inspiración y determinación para perseguir lo verdadero y eterno, dejando atrás todo lo que es vano. Es un canto de exhortación y esperanza, recordando que la verdadera victoria y gloria solo se encuentran en Jesús.