Lights and laughter hide the void,
a stage of reason, but truth destroyed.
The banners rise, the show begins,
illusion dressed as wisdom sings.
A thousand voices mock the sky,
but their foundations twist and die.
A circus of doubt, a mask of pride,
but the truth of God will not be denied.
The circus fades, the Word remains,
Christ the Lord forever reigns.
The circus falls, its fire dies,
but the cross of Jesus never lies.
They juggle theories, they sell despair…
But hearts still cry for a hope to share.
The void within no act can hide…
Only the Lamb brings life inside.
The fool says: “There is no God…”
But creation shouts His Name!
He lives, He reigns, He comes again!
The circus burns, His kingdom stands!
The circus fades, the Word remains,
Christ the Lord forever reigns.
The circus falls, its fire dies,
but the cross of Jesus never lies.
The stage is empty, the lights grow dim,
only the truth of Christ will win.
Las luces y las risas esconden el vacío,
un escenario de razón, pero la verdad destruida.
Las banderas se alzan, el espectáculo comienza,
la ilusión vestida de sabiduría canta.
Mil voces se burlan del cielo,
pero sus cimientos se tuercen y mueren.
Un circo de duda, una máscara de orgullo,
pero la verdad de Dios no será negada.
El circo se desvanece, la Palabra permanece,
Cristo el Señor reina para siempre.
El circo cae, su fuego muere,
pero la cruz de Jesús nunca miente.
Juegan con teorías, venden desesperanza…
Pero los corazones aún claman por una esperanza que compartir.
El vacío interior, ningún acto puede ocultar…
Solo el Cordero trae vida dentro.
El necio dice: “No hay Dios…”
¡Pero la creación grita Su Nombre!
¡Él vive, Él reina, Él volverá!
¡El circo arde, Su Reino permanece!
El circo se desvanece, la Palabra permanece,
Cristo el Señor reina para siempre.
El circo cae, su fuego muere,
pero la cruz de Jesús nunca miente.
El escenario está vacío, las luces se apagan,
solo la verdad de Cristo vencerá.
La canción usa la metáfora del “circo” para representar el mundo moderno lleno de orgullo, falsedad e incredulidad, donde la razón sin Dios pretende reemplazar la verdad divina.
Mientras los hombres se jactan de su sabiduría, el mensaje proclama que solo Cristo permanece, que Su Palabra y Su cruz no fallan, y que Su Reino vencerá cuando todo lo demás se derrumbe.
Es una crítica espiritual y poética a la vanidad humana frente a la eternidad de la verdad de Dios.