Es un llamado ardiente a una fe que actúa, no solo que habla.
Mientras el mundo grita en silencio, la canción confronta la comodidad espiritual y recuerda que la verdadera devoción se manifiesta en amor tangible.
Cada verso es un despertar: la fe sin obras se apaga, pero la compasión encendida por el Espíritu transforma la oscuridad en esperanza.
Cristo no se oculta en templos, camina entre los heridos.
Somos sus manos, sus pies, su fuego en la tierra.
Whispers of hunger, cries in the streets,
Hearts without shelter, broken beats.
It’s not enough to pray and flee,
While the world bleeds silently.
Faith without works is hollow noise —
Let mercy be our voice!
We are His hands, we are His feet,
Every wound we touch, His heartbeat.
Hands of fire, hearts of grace!
Move with power, fill this place!
Heaven’s justice in our veins,
Christ alive in every chain!
Speak for the voiceless, lift the oppressed,
This gospel moves — it never rests!
We fight not with hate, but love’s design,
Truth embodied, God divine!
We won’t be still!
Faith must build!
Justice reigns when hearts are filled!
Hands of fire, shining bright,
Your Kingdom burns through the night!
Susurros de hambre, gritos en las calles,
Corazones sin refugio, latidos rotos.
No basta con orar y huir,
Mientras el mundo sangra en silencio.
La fe sin obras es ruido vacío —
¡Que la misericordia sea nuestra voz!
Somos Sus manos, somos Sus pies,
Cada herida que tocamos, Su latido.
¡Manos de fuego, corazones de gracia!
¡Muévanse con poder, llenen este lugar!
¡La justicia del cielo en nuestras venas,
Cristo vivo en cada cadena!
Habla por los que no tienen voz, levanta a los oprimidos,
¡Este evangelio se mueve — nunca descansa!
No luchamos con odio, sino con el diseño del amor,
¡Verdad encarnada, Dios divino!
¡No nos quedaremos quietos!
¡La fe debe construir!
¡La justicia reina cuando los corazones se llenan!
Manos de fuego, brillando intensas,
¡Tu Reino arde durante la noche!
Teológicamente, el texto refleja la doctrina bíblica de la fe activa: la fe genuina se evidencia en las obras de amor y justicia (Santiago 2:14-18). Dios no solo llama a la oración, sino a ser Sus manos y pies en el mundo, actuando en favor de los necesitados, los oprimidos y los marginados. La frase “Cristo vivo en cada cadena” subraya que la presencia de Jesús se manifiesta cuando los creyentes sirven a los demás, llevando justicia y esperanza.
Emocionalmente, transmite un llamado a la acción valiente y apasionada, despertando un sentimiento de urgencia y responsabilidad. Invita a no quedarse pasivo ante la injusticia, sino a dejar que el amor de Dios fluya a través de nosotros, encendiendo los corazones con fervor y propósito. Es un mensaje de empoderamiento, esperanza y compromiso activo con el Reino de Dios.