Lord, Your name fills all the skies
Glory rising where the stars rise high
From lips of infants, praise explodes
To silence dark, rebellious foes
When I look up and see the span
Of moon and stars shaped by Your hand
I ask, in awe, who are we
That You would care so tenderly?
Majesty echoes through the night
You made us small, but crowned us bright
Over creation, You gave control
To hearts of flesh You formed with soul
You placed the beasts beneath our feet
The herds, the wild, the waves and deep
Birds that ride the currents high
And fish that swim the ocean’s cry
We are dust… yet carry flame!
Your breath in us, we bear Your name!
Lord, how majestic is Your throne
Through all the earth, Your name is known
You choose the weak to shame the strong
In fragile songs, Your strength belongs
Majesty echoes through the night
You made us small, but crowned us bright
We walk the world You shaped in light
To glorify Your name, Most High
Lord, our Lord, in every place
Your name is wrapped in endless grace
From skies above to oceans wide
Your majesty can’t be denied
Señor, Tu nombre llena los cielos,
Tu gloria se eleva donde las estrellas se alzan.
De labios de niños, la alabanza estalla,
para silenciar a enemigos oscuros y rebeldes.
Cuando levanto la vista y contemplo la extensión
de la luna y las estrellas formadas por Tu mano,
me pregunto, con asombro:
¿quiénes somos nosotros
para que Tú nos cuides con tanta ternura?
¡Majestad que resuena en la noche!
Nos hiciste pequeños, pero nos coronaste de brillo.
Sobre la creación nos diste dominio,
a corazones de carne formados con alma.
Pusiste a las bestias bajo nuestros pies,
al ganado, lo salvaje, las olas y lo profundo;
a las aves que cabalgan los vientos altos
y a los peces que nadan en el clamor del mar.
Somos polvo… ¡pero llevamos llama!
Tu aliento en nosotros, llevamos Tu nombre.
Señor, cuán majestuoso es Tu trono;
en toda la tierra se conoce Tu nombre.
Escoges a los débiles para avergonzar a los fuertes;
en canciones frágiles se revela Tu fuerza.
¡Majestad que resuena en la noche!
Nos hiciste pequeños, pero nos coronaste de brillo.
Caminamos el mundo que moldeaste con luz,
para glorificar Tu nombre, Altísimo.
Señor, nuestro Señor, en todo lugar,
Tu nombre está envuelto en gracia infinita.
Desde los cielos hasta los mares inmensos,
Tu majestad no puede ser negada.
Esta canción está inspirada directamente en el Salmo 8, uno de los himnos más majestuosos de la Biblia, donde David contempla el cielo y se maravilla de la grandeza de Dios y de la dignidad que Él otorga al ser humano:
“Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos,
la luna y las estrellas que tú formaste,
digo: ¿Qué es el hombre para que tengas de él memoria,
y el hijo del hombre para que lo visites?
Le has hecho poco menor que los ángeles,
y lo coronaste de gloria y de honra.” (Salmo 8:3–5)
La letra expresa tres grandes verdades:
La gloria universal de Dios: Su nombre llena los cielos y domina la creación.
La humildad y asombro del hombre: somos insignificantes ante el cosmos, pero Dios nos honra y nos confía Su creación.
El propósito de alabanza: toda la humanidad fue creada para reflejar Su majestad.
La frase “We are dust… yet carry flame!” (“Somos polvo… ¡pero llevamos llama!”) es especialmente profunda: une la fragilidad humana con la presencia divina en nosotros, recordando que el aliento de Dios nos da vida y propósito.
En resumen, la canción es un himno de asombro, humildad y adoración, una exaltación de la grandeza de Dios y del valor que Él concede a Su creación.