Es una canción que revela la batalla espiritual contra la corrupción interior y la falsa enseñanza. Inspirada en el mensaje a la iglesia de Pérgamo, denuncia el compromiso con el mal que se disfraza de verdad.
Con un tono profético y contundente, recuerda que la Palabra de Dios es una espada de doble filo que corta el engaño y purifica al creyente.
Una invitación al arrepentimiento y a la fidelidad, para recibir el maná oculto y la piedra blanca, símbolo de pureza, identidad y victoria eterna.
You dwell where the serpent sits...
You held the Name, you stood the test,
but idols dance within your nest.
A double edge — the sword I bring,
to cut deceit and false teaching.
“Repent before the blade falls clean...”
Truth divides, but truth redeems,
My Word consumes your hollow schemes!
Hidden manna, a name unknown,
awaits the soul that stands alone!
He who overcomes —
will taste the stone,
white and new —
forever known.
Moraste donde el serpiente se sienta…
Sostuviste el Nombre, superaste la prueba,
pero los ídolos bailan dentro de tu nido.
Un filo doble — la espada que traigo,
para cortar el engaño y la falsa enseñanza.
“Arrepiéntete antes de que la espada caiga limpia...”
La verdad divide, pero la verdad redime,
¡Mi Palabra consume tus vacíos planes!
Maná escondido, un nombre desconocido,
espera al alma que permanece sola.
El que vence —
probará la piedra,
blanca y nueva —
para siempre conocida.
Teológicamente, esta letra enfatiza la llamada a la fidelidad y la pureza en medio de la tentación y la corrupción, evocando conceptos de Apocalipsis 2-3 sobre las iglesias y la advertencia de Cristo contra la idolatría y las falsas enseñanzas. La espada de doble filo simboliza la Palabra de Dios como instrumento de juicio y purificación, que corta el pecado y la mentira, mientras que la recompensa del vencedor es el maná escondido y la piedra blanca, símbolos de aprobación divina, reconocimiento y vida eterna (Apocalipsis 2:17).
Emocionalmente, transmite seriedad, alarma y esperanza: hay una advertencia clara sobre los peligros de desviarse, pero también un estímulo poderoso para permanecer fiel. La imagen del vencedor que recibe la piedra blanca inspira motivación y seguridad, mostrando que la perseverancia frente a la tentación y la fidelidad a Dios conducen a la victoria espiritual y al reconocimiento eterno.